En Randstad México, estamos comprometidos con impulsar la diversidad, la equidad y la inclusión en todos los niveles de la organización. En este contexto, realizamos una conversación inspiradora con tres mujeres líderes que forman parte fundamental de nuestra empresa, con el objetivo de comprender de cerca el panorama actual del acceso de las mujeres a puestos de liderazgo y alta dirección.
A través de esta entrevista, exploramos sus experiencias personales, los desafíos que han enfrentado y las oportunidades que han aprovechado a lo largo de sus trayectorias profesionales. Asimismo, reflexionamos sobre las iniciativas que pueden facilitar un camino más accesible para futuras generaciones de mujeres que aspiran a ocupar posiciones estratégicas en el mundo corporativo.
Berenice Medina, Legal Director
- ¿Cómo has manejado situaciones en las que tu voz no fue escuchada o valorada?
Ser mujer en estas industrias implicó demostrar mi capacidad en cada paso, romper estereotipos y aprender a hacerme escuchar en espacios donde la representación femenina aún es limitada. Ha sido un camino de perseverancia, donde la resiliencia y la preparación constante fueron clave para abrirme paso y aportar mi visión orientada a los negocios.
Sin embargo, no llegué hasta aquí sola. No solo conté con el apoyo de mujeres extraordinarias en mi familia, como mi madre y mis abuelas, quienes fueron pilares fundamentales en mi vida, sino también con el respaldo incondicional de mi padre. Él me enseñó mucho sobre las fortalezas masculinas, pero sin perder mi feminidad, demostrando que el verdadero liderazgo no entiende de géneros.
- ¿Qué impacto ha tenido tu liderazgo en tu organización o equipo?
Hoy, como Directora Legal en Randstad México y parte del equipo de Randstad Enterprise, tengo la oportunidad y el compromiso no solo de liderar proyectos estratégicos, sino también de ser un referente para otras mujeres que buscan desarrollarse en cualquier sector industrial o los servicios. Me gustaría resaltar que hubo alguien más que dejó una huella profunda en mi trayectoria en esta compañía: mi mentora, Marianne Sholten, quien ha sido un ejemplo de liderazgo, integridad, conocimiento y apoyo incondicional. Su guía ha sido clave para fortalecerme en los momentos difíciles y para seguir avanzando con determinación siempre manteniendo los principios empresariales de Randstad.
Renata Garreton, Business Excellence Manager
- ¿Alguna vez sentiste el llamado “síndrome del impostor”? ¿Cómo lo superaste?
Desde mi punto de vista creo que se ve en el mercado que cada vez más mujeres toman posiciones de liderazgo, especialmente, porque somos organizadas y vemos aquellos detalles que ayudan a las empresas a salir adelante. Específicamente en temas del síndrome del impostor yo lo viví cuando cambié de trabajo, cuando me enfrente a un mercado laboral queriendo pagar salarios injustos ante responsabilidades enormes. En ese momento sentí que tal vez lo que yo había desarrollado a lo largo de mi carrera no era tan valioso y me costó darme cuenta de mi valor, debido a la injusticia del mercado.
Me gustaría resaltar que cuando una mujer ve una vacante y no cumple aunque sea con el 80% de los requerimiento, no se postula. Por lo contrario, el género masculino cuando cumple con el 40% del perfil de la posición, lo hace. Desde ahí, como mujeres, tenemos una sobre exigencia con nosotras mismas.
- ¿Qué estrategias utilizaste para equilibrar tu vida personal y profesional en tu camino al liderazgo?
Al inicio de mi carrera, yo tenía tanta “hambre” de demostrar de lo que era capaz que tuve muchos obstáculos para lograr este equilibrio. Tuve muchas horas de dedicación y creo que me dejé llevar por creer que entre más trabajaba, más valía. Recientemente, hace aproximadamente 6 años, comprendí que mis resultados no siempre dependían de trabajar horas extras o de dar el 120%.
Afortunadamente he tenido líderes muy empáticas, ya que entendieron que uno además de estar trabajando, también está viviendo y se está desarrollando. Por lo que una de las estrategias que más me ha ayudado es entender la diferencia entre lo que es importante y lo que es urgente, eso me ha permitido organizarme en el día a día. Desde en mis actividades diarias en la oficina, así como en el rol de una mujer casada recientemente. Y no me gustaría dejar de lado la importancia de sentirme respaldada por un equipo en todo momento, porque tengo la seguridad de que al voltear con mis compañeros, con mi líder o con las personas que me reportan directamente puedo tener la apertura de delegar y distribuir responsabilidades con el fin de alcanzar nuestros objetivos, tanto personales como profesionales.
- ¿Has tenido alguna mentora o modelo a seguir que haya influido en tu desarrollo profesional?
Elegir solo una persona me resulta complicado porque he tenido la suerte de tener líderes estupendos. Pero me gustaría iniciar con Angélica Andrade, en ese momento era la Directora de Recursos Humanos de una empresa transnacional y ella me motivó y ejerció presión sobre mi crecimiento profesional.
También resaltar la mentoría de Fabricia Monsanto, quien fue mi Directora y ahora mi Vicepresidenta. Siempre confió en mí, en mi criterio; respetaba mis decisiones, guiaba mis equivocaciones y aplaudía mis errores con el fin de que yo me siguiera desarrollando.
Mi actual jefa, Alejandra Hinojosa, que me ayuda a calmar mi ímpetu de querer devorarme el mundo. Me ayuda a canalizarlo de una forma mucho más funcional dentro del mundo laboral, sin dejar de lado mi espíritu.
Siempre he tenido la oportunidad de tener pares y líderes que me han impulsado en mi desarrollo profesional, y curiosamente todas han sido mujeres lo que lo hace aún más valioso.
Alejandra Hinojosa, RPO Director
- ¿Cuáles han sido los principales retos que has enfrentado como mujer en una posición de liderazgo?
Me gustaría mencionar mis principales retos no solo en posiciones de liderazgo, si no también en las posiciones de influencia que jerárquicamente no significan lo mismo. En estas posiciones de capacitación y entrenamiento que desempeñé, lo más difícil fue ser mujer y ser una persona tan jóven, ya que al dar capacitación y entrenar a gente que, incluso, me doblaba la edad, fue complicado el poder fidelizar la información que les estaba dando, lograr esta confianza y transmitir estos conocimientos.
Referente a mi posición actual, lamentablemente en México y a nivel mundial, la mayoría de las posiciones de liderazgo no están tomadas por mujeres. Entonces el hacerte escuchar, el poder validar la información que compartes, las opiniones que pones sobre la mesa, el poder garantizar que lo que haces en la compañía tiene sentido, siempre va a costar el doble de esfuerzo siendo mujer. Algo que he detectado es que necesitamos demostrar de una manera más activa que lo que sabemos hacer o que la solución que estamos planteando están sustentadas más allá de la creatividad, si no también de los resultados y la experiencia que nos ha dado el tiempo.
- ¿Cómo definirías tu estilo de liderazgo y cómo ha evolucionado con el tiempo?
Defino mi estilo de liderazgo como colaborativo. Siempre he tenido la convicción de que las ideas de los demás, siempre deben ser escuchadas y valoradas, con el fin de que esas opiniones se pongan en práctica; creo que la colaboración es pieza clave para el liderazgo que he tratado de desempeñar.
Hoy, con el paso del tiempo, he logrado tener más perspectiva sobre qué preguntas hacer, a quien hacerselas, cómo clasificar el talento del equipo con el que trabajo para saber con quien acercarme a buscar ayuda, ideas, innovación, soluciones; siempre he pensado que varias cabezas piensan mejor que una. Me gusta resaltar la importancia de ser transparente, el saber comunicar el por qué estoy haciendo estas preguntas y por qué estoy buscando opciones, para que ellos puedan tener una base desde donde partir para que sus ideas complementen las mías.
- ¿Qué iniciativas o acciones consideras clave para fomentar la equidad de género en el ámbito laboral?
Si hablamos del aspecto laboral, las políticas de equidad salarial son básicas y claves. Yo misma me he enfrentado a esta situación en donde lamentablemente solo por el género aspiramos a un salario menor al que deberíamos estar percibiendo, por lo que creo que debe estar legislado y que las personas que toman decisiones con respecto a promociones o incrementos salariales, tengan esto en mente para que puedan hacer un análisis efectivo y certero de dar una compensación justa, dejando de lado el género.
Me parece importante también el tener políticas que puedan ayudar a las mujeres en los diferentes roles que desempeñan. Yo no soy mamá, pero trabajo con muchas compañeras que lo son y es importante poner sobre la mesa los tiempos que este rol también demanda. Por ejemplo, poder ofrecer espacios libres y seguros para la lactancia, el poder ofrecer prestaciones que hagan más fácil el maternar y paternar como una guardería subsidiada, flexibilidad laboral para estar cerca de sus hijos. Esto ayudaría a lograr una estabilidad laboral y emocional a cualquier persona, pues me parece que la maternidad no debería estar peleada con el desarrollo profesional.
Las voces de estas líderes no solo aportan una perspectiva valiosa sobre la equidad de género en el entorno laboral, sino que también nos invitan a seguir trabajando por un futuro donde el talento y el compromiso sean los principales impulsores del crecimiento profesional, sin importar el género.