Un problema al que se enfrentan los colaboradores hoy en día es el burnout laboral o síndrome de desgaste profesional. Se trata de una respuesta defensiva que da un trabajador cuando percibe la diferencia existente entre sus propios ideales y la realidad de su vida laboral. Se presenta principalmente en aquellas profesiones que están en relación con el trato al público y clientes (denominado también exposición social), y en empleados que comienzan su carrera con ideas utópicas y de entrega solidaria al prójimo.
Este es diferente del estrés laboral, ya que el burnout se presenta en forma de síntomas específicos:
- Cansancio emocional
- Despersonalización o frialdad afectiva
- Reducción de eficacia laboral
etapas.
Este padecimiento se presenta muy lentamente a través de diversas etapas identificables:
- Fase inicial o de entusiasmo: los colaboradores comienzan con gran actitud y energía, pero es aquí donde se ven los síntomas más sutiles.
- Estancamiento: la persona duda acerca de su capacidad para responder satisfactoriamente a las exigencias del entorno de trabajo (se manifiesta el estrés)
- Fase de frustración: hay constante frustración por parte del trabajador, también surgen sentimientos de vacío.
- Apatía: la persona paraliza sus actividades de trabajo, disminuye el ritmo y se agudiza la falta de interés por el mismo. También presenta alteraciones emocionales, físicas y conductuales (por ejemplo, irritabilidad, cambios de humor, pérdida de apetito, etc.)
- Burnout: se caracteriza por el colapso emocional y cognitivo que sufre la persona afectada y las importantes repercusiones sobre la salud, el trabajo y la vida extralaboral. La persona puede verse obligada a abandonar el trabajo como consecuencia del estado de desgaste alcanzado y a no encontrarle sentido a su vida.
estrategias.
Te presentamos algunas estrategias que puedes implementar para prevenir situaciones de intenso estrés y burnout.
- Equilibra funciones y actividades: saber distribuir las tareas y pendientes entre colaboradores es una habilidad útil que ayudará a mantener bajo control los niveles de estrés, de esta forma, cada uno de los integrantes de un equipo tendrá una carga equitativa y justa.
- Brindar herramientas: los colaboradores son más propensos a sufrir frustración si hay constantes recortes de presupuesto y/o personal, por ello es relevante establecer presupuestos reales para las inversiones en equipo y material desde un inicio.
- Acciones contra el estrés: ofrecer a los empleados opciones del cuidado de la salud, como convenios con nutriólogos, clubes deportivos o espacios de descanso, ayuda enormemente al manejo del estrés.
- Ayuda profesional: ofrecer apoyo psicológico gratuito o con descuentos es una buena opción para que los colaboradores tengan un espacio seguro en el que puedan liberar sus pensamientos negativos y frustraciones. Al mismo tiempo, tendrán oportunidad de aprender a manejar este tipo de emociones y detectarlas mucho antes.
- Respeto a los tiempos: las personas necesitan un tiempo de desconexión, especialmente cuando han solicitado un día libre o un periodo vacacional. Respetar los horarios de empleo y los tiempos de descanso ayuda a que los niveles de estrés disminuyan significativamente.
- Igualdad de oportunidades: cuando los criterios de promoción o aumento salarial no son claros, los trabajadores pueden interpretarlas como acciones injustas. Las políticas salariales y de ascensos deben ser transparentes, bien definidas y alineadas al mercado laboral. Además, se pueden otorgar mentorías que ayuden a todos los trabajadores a desarrollarse y crecer.
- Reconocimiento y recompensa: asegurarse de que los empleados se sientan recompensados por su trabajo es fundamental para mejorar su satisfacción laboral y prevenir el síndrome de burnout. La recompensa no siempre tiene que ser económica, puede ser un reconocimiento público (en forma de elogios o comentarios positivos) o intrínseco (sentirse orgulloso del resultado del propio esfuerzo).